No sé si a todos los escritores noveles les pasa lo mismo.

Al escribir un libro, un artículo o algún texto, no se sabe si puede ser de interés para los lectores, sobre todo en estos tiempos que estamos sobrecargados de información. 

Uno como escritor vive una experiencia alucinante escribiendo y transformando esas ideas abstractas en imágenes concretas, descritas con palabras que pueden llenar la imaginación del lector, abrirle su mundo a nuevas ideas y perspectivas, o dar consejos de como hacer ciertas cosas.

Por lo tanto, la realidad del escritor y la del lector, ante una obra es diferente, y después del gran trabajo que el escribir conlleva, la poca experiencia en la comercialización y las regalías, pueden hacer que nuestra biblioteca se llene de libros que no se han vendido.

Así pues, escuchando a algunos expertos en estos temas, he decidido seguir sus sabios consejos, lo que más recomiendan es que cualquier libro debemos hacer que aporte o le de algo al lector, sobre todo si va a invertir su tiempo y su dinero, es lo menos que podemos hacer.

Así que, utilizando mis fortalezas, he llegado a la conclusión de que mis cuentos pueden aportar mucho a mis lectores, sobre todo si les doy la llave para que descubran esos mundos extraordinarios con los ojos de la creatividad.

El lóbulo de nuestro lado derecho vive y convive con nosotros, nos aporta una gran cantidad de información y por sobre todo de experiencias.

El lado derecho es quien nos hace soñar, sentir, sonreír, contentarnos con las pequeñas cosas, superar la tristeza, enamorarnos, tener fe, disfrutar de la vida, encontrar soluciones creativas, tener un alcance de las cosas donde personas muy racionales no llegan.

El lado derecho nos convierte en personas positivas, con alas que le dan libertad a nuestra imaginación para poder percibir esos otros mundos y sus dimensiones.

En conclusión, el lado derecho nos da la visión de una vida diferente que podemos atraer, no con el pensamiento sino con la imaginación, con tu lado creativo, porque crear es creer y todo se crea primero con la creatividad.

Las personas más inteligentes que conozco son creativas y saben soñar.

Eglezco.