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PRIMAVERA


Testimonios

Anita


Un caso complejo, pero con la esperanza de encontrar una mejor calidad de vida.

Es una niña que nació con "Esclerosis Tuberosa", una rara enfermedad congénita, que afecta el ADN de las células de su cuerpo.

Sobre todo a las neuronas, por lo tanto sufre un tipo de autismo, con una gran dificultad en el centro del habla, y unas raras convulsiones que pueden ir desde una paralización momentánea a fuertes contracciones en todo su cuerpo.

Es una enfermedad tan poco común, que la bibliografía sobre estos casos es muy escasa. Los neurólogos, por lo menos los que la han tratado, intentan paliar la sintomatología, porque no hay un tratamiento conocido que pueda ayudarle a mejorar o sanar este tipo de trastorno.

Recientemente ha cumplido 18 años de edad, y eso sí es un milagro, porque al parecer estos niños fallecen a corta edad, sin embargo, Anita recibe los mejores cuidados y cariño de su madre, con la ayuda de la abuela, quienes le procuran una estrecha atención para evitar que se lesione o que se complique su problema.

Como es de esperar, la niña ha sido medicada con todo tipo de tratamientos, tanto para la epilepsia, como para los cambios de humor, etc. Por lo que ha vivido con medicación toda su vida.

Cuando conocí a Anita, tenía un perfil de un profundo autista; evitaba mirar fijamente, y todo tipo de contacto físico, era muy hipersensible, con largos momentos de un estado cataléptico. Sin embargo era consciente de la gente y del entorno, podía distinguir si estaba en su casa o en un lugar desconocido, en donde modificaba su conducta.

Podía, en el mayor de los casos, controlar sus esfínteres y saber cuándo comer.

De haber sido una niña normal hubiera sido una niña modelo, ya que Anita es muy buena niña. Le hubiera gustado leer, escribir, y tal vez hubiera sido una maestra o algo relacionado con las letras, porque no hay cosa que le guste más que tener libros o algo de papel, le atrae muchísimo y se puede pasar horas contemplándolos, aunque después acabe cortándolos con una tijera hasta hacerlos pedazos muy finos.

Los médicos de Anita se han rendido, tanto porque no hay forma de controlarla, ni de que se quede quieta cuando le hacen estudios, algunos de los cuales son muy molestos, con los cuales siente mucho miedo. 

Los médicos no saben qué protocolo llevar, como el pronóstico que le dan es malo, pues simplemente intentan paliar los síntomas. Como sucede con su penúltimo neurólogo de la seguridad social, simplemente ha recomendado que se le aumente la dosis de la medicación. Es evidente que la han desahuciado.

Pero la mamá de Anita es una luchadora, y conoce mejor que los neurólogos el caso de su niña, ya que los médicos evidentemente sólo ven a una paciente, y en muy pocos casos, como pasó con algún pediatra, han podido ver a una niña que ha tenido la desgracia de padecer no sólo una enfermedad, sino una de las más raras.

Es evidente que el exceso de medicación también le ha pasado factura, ya que ha presentado casi todos los efectos secundarios dados por tanta medicación, en donde muchos médicos le han dado tratamientos que eran incluso contraindicados con el uso de otra medicación le habían prescrito. Claro si la habían desahuciado, no era ni siquiera candidata para investigación.

Mi primera sesión con Anita con biorresonancia fue algo violenta, porque al parecer se agudizaron sus trastornos, y al no tener un protocolo de actuación, por o tanto evité continuar tratandola hasta conocer bien el caso.


Un proceso largo.

Insistí en darle Omega3 y a duras penas conseguimos uno natural de sabor agradable, pero que era muy costoso. Sin embargo se notó una ligera mejora. Con sus estados de hipersensibilidad, sobre todo con los olores y los sabores, era común que tuviera resistencia para tomar nada, porque la medicación tiene un sabor muy desagradable, por lo que sólo se le pudo dar Omega3 unos meses, aunque no fue suficiente para valorar el beneficio del tratamiento.

Después de malos tragos y disgustos de la madre, de entrar en desacuerdo con los últimos neurólogos, que no ponían dar una solución plausible a las convulsiones, ni concretar un tratamiento menos tóxico, por lo que la madre de Anita ha decidió intentar con algo más natural.

Lo primero que le indiqué fue un cambio en la dieta, quitar todo el gluten y el azúcar, aunque no era una niña de cosas dulces, pero el gluten sí estaba presente en toda su alimentación, y es sabido que en los niños autistas quitar el gluten les produce una notable mejoría.

Así mismo incluí el Omega3 en la dieta, y los minerales sobre todo magnesio de alta calidad, porque las convulsiones y la debilidad muscular empezaron a aparecer.

El cambio fue notorio, la niña reaccionó, de repente empezó a usar un poco más de palabras para comunicarse, y está más consciente, ahora te mirá a los ojos. Ante esto, la madre empezó a reducir poco a poco 
los psicotrópicos, para controlar los estados de ánimo y sólo dejarla con la medicación para las convulsiones.

Es evidente que tuvo que padecer los cambios de ánimo, en cada etapa de reducción de la medicación, y ver cómo el cuerpo de Anita aprovechaba para expulsar una cantidad enorme de toxinas provocadas por los medicamentos. Han parado las convulsiones, pero la medicación para esto no se puede suspender.

Protocolo


Actualmente y aprovechando que la niña presentaba una notable mejora; establecí un protocolo, y que como ustedes verán es el que manejo con casi todos mis pacientes, sobre todo con los que van encontrando una mejora y sólo los tengo que controlar.

Minerales, potasio, magnesio de alta calidad, vitaminas y minerales vegetales con antioxidantes, Omega3 de Krill de alta calidad, Vitamina C retard, y puntualmente un complejo de vitamina B cuando está muy nerviosa, aceite de coco ecológico de muy buena calidad.

Resultados: Mejoró en dos meses un 60% tanto en el estado de ánimo, como su estado cognitivo, empieza a comunicarse mejor, mira directamente y tiene menos rechazo más al contacto físico.

Ha mejorado su apetito, ha regulado sus esfínteres.
Está más comunicativa y cariñosa con su madre.

Empieza a tener reacciones y respuestas de una adolescente, más normales, cierta rebeldía, propio de los estados hormonales y está reduciendo su peso.

El por qué de este artículo


Para mostrarles a mis pacientes que si en el caso de Anita se ha encontrado con una gran mejora con los complementos dietéticos que le he indicado, con mayor razón a una persona que no tiene una patología tan compleja como la de ella.

Con esto confirmo que:
  • Los alimentos actualmente tienen muy pocos nutrientes.
  • Que los alimentos tienen muchos contaminantes tóxicos (conservantes, colorantes, etc.)
  • Que el azúcar blanca en la comida es peligrosa.
  • Que el gluten está provocando gran cantidad de problemas. 
  
Si usted sigue con el tratamiento que le he propuesto, entenderá que su mejora no va a hacer inmediata, pero va a ser progresiva y evolutiva, en muchos casos requerirá no un mes o dos, en algunos casos puede llevar años, pero y pregunto ¿cuántos años ha tardado su cuerpo en deteriorarse? 
- muchos ¿verdad?

Anita es un ejemplo y modelo de transformación que, gracias a los cuidados constantes de su familia conseguiremos, no que se cure, pero sí que mejore en mucho su calidad de vida.

Muchos pacientes se resisten tomar cualquier cosa


Los complementos naturales de buena calidad, son importantes, porque nuestra alimentación es pobre en nutrientes indispensables para nuestra salud, y aunque creamos que no hacen nada, con el caso de Anita se demuestra que tener una disciplina con los nutrientes tiene resultados palpables y evidentes.

Muchas gracias.
Dr. Eduardo González Coeto.

El artículo anterior fue realizado con la autorización de la madre de Anita, ARRB.
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