NUTRICIÓN y ALIMENTACIÓN

Comprender el origen de nuestros alimentos nos hará entender su valor. Cada vez más personas aprecian la forma de cultivo, cosecha y conservación de los vegetales, hasta su consumo final.

Para saber el valor de los alimentos, es fundamental conocer su origen, y dónde y cómo se cultivan, de esa forma podremos saber la calidad de los nutrientes que estos contienen. Por ejemplo: cuando son sembrados en tierras viejas y desgastadas, o en cultivos hidropónicos artificiales, en donde prevalece más el aspecto y la cantidad, pero no así el sabor y el contenido de los nutrientes, no pueden tener el mismo valor nutricional.

Al contrario de los alimentos con siembra biológica y ecológica, cuidados especialmente para que mantengan sus características naturales como; color, sabor y un contenido nutricional equilibrado, lo que es más seguro que estos mantengan las propiedades nutricionales que dan la tierra, el aire, el sol y su esmerado cuidado y cultivo.

Por el otro lado, hay que considerar la cantidad de pesticidas, herbicidas, fungicidas, y fertilizantes químicos, que los vegetales pueden contener y que pueden ser más perjudiciales que tener pocos nutrientes.

Las frutas, verduras, cereales y legumbres, son base fundamental para una buena alimentación directa e indirecta de los mamíferos, por lo tanto, como consumidores finales la cantidad de los alimentos en la cadena alimenticia acabará influyendo directamente sobre nuestra nutrición.

Uno de los debates principales que se tiene con los biólogos que analizan frutas, verduras, hortalizas y demás, es que su control se centra en que los resultados de los análisis cumplan con los estándares que la ley les exige. Pero descuidan el problema más importante y que tira por tierra el primer esfuerzo, como esos tratamientos con químicos se vuelven dañinos para los consumidores humanos y animales, obteniendo como resultado que no se aprovechen los nutrientes y se produzcan resistencias y alergias con algunos alimentos, afectando sobre todo a la salud.

Cada vez hay más personas con alergias a frutas, verduras, legumbres y cereales.

Los médicos buscan en las intolerancias y alergias a los alimentos, como en el caso de la lactosa, la fructosa y el gluten, creyendo que el responsable de esto es el organismo en si, sin considerar que la exagerada reacción inmune puede ser causada por los químicos y metales pesados, con que los alimentos son tratados y que se van acumulando en el cuerpo.

Por otro lado, hay una fuerte campaña para que los consumidores nos convirtamos en vegetarianos y veganos, dejando a un lado lo explicado anteriormente, se utiliza como excusa para evitar el maltrato animal y el consumo de carne. Estoy de acuerdo en protestar contra el maltrato animal que es un verdadero crimen, pero el problema es mezclar estos dos conceptos, utilizando el sentimiento de culpa para protestar contra el maltrato animal, con el hecho de comer carne, cosa que es contradictorio y explico por qué.

Esta manipulación irresponsable, le está costando caro al ecosistema mundial, porque no se está tomando en cuenta que hay muchos empresarios sin escrúpulos, que buscan obtener mayores beneficios personales, sin importarles las consecuencias, destruyen selvas y campos alterando el ecosistema, todo esto con tal de obtener más espacio para sembrar cereales y vegetales para engordar sus bolsillos.

Esto ha dejado a un lado, a la fauna y flora nativa silvestre de muchos entornos naturales, los cuales están perdiendo sus hogares y muriendo por no tener hábitat, causando con esto una gran extinción de especies. 

Estos moralistas de los animales, deberían de saber que hay que considerar a todos los animales y no sólo al ganado, a los animales de granja y a los de compañía como parte de la fauna, y que una cosa es el maltrato animal y otro la necesidad de consumir carne en la dieta.